El enojo altera la respiración y la frecuencia cardíaca, pone tensión extra en los músculos, hace perder la concentración y la frialdad necesarias para mantener el plan de juego predeterminado.El golf es un juego muy difícil y es en realidad un juego de errores. Normalmente no gana quien haya hecho más ni mejores tiros sino el que realice menos tiros malos.Si un jugador se enoja después de hacer un mal tiro pero la reacción no llega a afectar negativamente la ejecución del tiro siguiente (y obviamente sin molestar a los eventuales compañeros de juego) entonces podemos llegar a la conclusión de que en ese caso el enojo puede resultar perniciosoCuando nos enojamos liberamos ciertas hormonas en el torrente sanguíneo que ocasionan, entre otras cosas, que los músculos se tensionen y se contraigan. Esto da mayor impulso para descargar fuerza contra el origen de nuestro enojo, lo cual puede ser muy útil en una pelea callejera pero no es positivo ni deseable en el golf. La tensión que se transmite a los músculos destruye el swing y hace prácticamente imposible que se logre un movimiento armónico y coordinadoEl objetivo debe ser jugar y divertirse, independientemente del resultado. Dando siempre el ciento por ciento de uno mismo, concentrándose en hacer las cosas lo mejor posible, pero aislándose del resultado. Sin análisis ni críticas.
ALGO CASI IMPOSIBLE DE LOGRAR!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gracias a Alejandra Montenegro que aportó con este artículo.
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